Las espinacas y la construcción cerebral

Aunque hace muchos años que sabemos que las espinacas son la principal fuente de energía y el secreto de la fuerza de inefable Popeye el marino, sólo recientemente han salido a la luz los beneficios que reportan para la construcción cerebral.

Las espinacas, como todas las frutas coloridas, son una superestrella, lo cual significa, desde luego, que tienen el poder antioxidante necesario para deshacerse de los radicales libres de oxígeno.

Las espinacas están dotadas con un amplio surtido de compuestos antioxidantes y antinflamatorios, muy útiles para relentizar el deterioro del cerebro, mejorar la memoria y amplía sus habilidades, según revelan todas las investigaciones.

Las espinacas son ricas en ácido fólico, perteneciente al complejo de las vitaminas B y una de las armas más contundentes desplegadas por el organismo para neutralizar la homocisteína.

Las espinacas contienen diez veces más betacaroteno que el brécol o los guisantes, pero son estos últimos los que elevan más el nivel de betacaroteno en la sangre.  La luteína se absorbe mejor si procede de una mezcla de verduras y no tan solo de espinacas, lo que hace pensar que las verduras de hojas verdes liberan menos luteína que los demás.

Las espinacas están compuestas en su mayoría por agua. Su contenido de hidratos de carbono y grasas es muy bajo. Aunque tampoco tiene una cantidad muy alta de proteínas, es uno de los vegetales más ricos en este nutriente. Su contenido en fibra, al igual que ocurre con la gran mayoría de las verduras, es considerable, lo que es beneficioso para la salud.

Las espinacas destacan sobre todo por una riqueza en vitaminas y minerales que sobrepasa a la de la mayoría.