¿Qué Importancia tiene el Ambiente Familiar?

Todos hemos observado a ciertas familias en que todos los miembros son obesos, a primera vista, podríamos decir que toda la culpa es de los genes. Pero las familias no solo comparten genes, sino también hábitos de vida. Unos padres que sigan una dieta desequilibrada y no estén habituados a hacer ejercicios, tenderán a trasmitir esos hábitos poco saludables a sus hijos, y a la inversa.

Imaginemos una familia (tipo O) que el sábado, tras pasar la mañana conectados a internet, acuden juntos, en coche, a un establecimiento de comidas rápidas de un centro comercial para tomar una hamburguesa con papas fritas, gaseosa helado, ingiriendo sin darse cuenta una cantidad ingente de calorías. Luego, deciden ir al cine y tomar golosinas y un menú gigante de palomitas y refresco. Finalmente, se van a casa y engullen un plato precocinado rápido y otro refresco delante de la televisión. Resulta evidente que esta familia tiene una elevada tendencia a la obesidad aunque, con suerte, algún hijo puede estar más protegido genéticamente que otros y se mantenga delgado a pesar de los <<ataques>> a su equilibrio ponderal.

Por otra parte, imaginemos a otra familia (tipo D) que monta en bicicleta los sábados y recorre varios kilómetros por el campo para luego tomar una comida saludable a base de vegetales con pasta, pollo asado y fruta. Por la tarde también deciden ir al cine, pero lo hacen andando y deciden compartir un menú y un botellín de agua. De regreso a casa, cenan todos juntos, conversando todo lo acontecido durante el día, y toman con calma una ensalada, tortilla y yogur, con agua como bebida. Es posible que uno de los hijos, a pesar del saludable entorno, este es mas <<llenito>> que los demás porque haya nacido con predisposición genética a engordar, o con un carácter demasiado tranquilo.