Cistitis

 In Salud

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Tiene que reducirse el contenido de alimentos fuertes que alcalinizan la orina, como carnes, lácteos o huevos.

 

Este término se emplea para indicar una inflamación de la vejiga urinaria, que es la parte más baja del sistema de excreción urinario antes de llegar a los uréteres. Aunque no es una infección de los riñones (un trastorno mucho más grave), puede derivar en ella.

CAUSAS

La más frecuente es la infección, es decir, la colonización de la orina por microorganismos patógenos, pero también puede deberse a una irritación simple, originada por la toma de medicamentos o sustancias con capacidad alergénica, por abrasión mecánica (que se produce especialmente cuando se tienen piedras en los riñones) o tras tratamientos de radioterapia o quimioterapia en pacientes con cáncer. En algunos casos la mucosa de la vejiga puede atrofiarse y entonces se produce una cistitis crónica, de difícil tratamiento pese a no tener un carácter infeccioso.

En la cistitis el problema principal consiste en lo que medicamente se llama “polaquiuria”  y “disuria”, es decir, una necesidad frecuente de orinar y, a veces dolor durante la micción, observándose en ocasiones que la orina es turbia, de color purulento, e incluso con tintes rijosos de sangre.

Las infecciones urinarias están producidas en muchas ocasiones por el microbio Escherischia coli, un poblador habitual del intestino; posiblemente es de ahí de donde pasa al sistema urinario en la mayor parte de los casos.

Debido a que la uretra femenina es más corta y ancha que la masculina, así como a las peculiaridades propias del género que tiene el acto sexual, las infecciones urinarias son más frecuentes en mujeres que en hombres (en concreto, entre diez y veinte veces más). El sistema urinario está diseñado para que la orina solo vaya en una dirección, de manera que los gérmenes del exterior no puedan acceder al interior de la vejiga, que en principio es un ligar estéril. Pero esto no sucede así en muchas ocasiones. La costumbre de aguantar las orina, el acto sexual u otras muchas circunstancias pueden permitir la migración de bacterias desde el exterior hasta la vejiga, donde pueden crecer y provocas una cistitis. Aun así, esto no sería suficiente como para provocar la cistitis porque la orina es bastante acida y en condiciones normales no permite el crecimiento de los microbios.

Las mujeres embarazadas son un grupo especialmente afectado de cistitis, porque con el aumento de volumen del feto se produce una compresión crónica de la vejiga urinaria que puede facilitar el paso retrogrado de microbios desde el exterior a la vejiga y desde ésta a los riñones. Además, los cambios hormonales propios del parto provocan una dilatación de los uréteres que aun facilita más el paso de microorganismos.

Hay mujeres que en ciertos periodos del ciclo menstrual tienen una mayor facilidad para desarrollarla. La toma de anticonceptivos provoca también cambios hormonales que en ciertas mujeres facilitan la cistitis.

SINTOMAS

  • Micción imperiosa y frecuente.
  • Sensación de que no hemos expulsado toda la orina al acabar de orinar.
  • Malestar general.
  • Dolor en la zona del bajo vientre.
  • Fiebre (en algunas ocasiones).

LA DIETA COMO TRATAMIENTO

No existe una dieta específica para el tratamiento de la cistitis, hay una serie de normas que conviene tener en cuenta:

  •  Deben consumirse gran cantidad de alimentos líquidos (caldos con apio, agua, zumos de frutas, verduras de ensalada)
  • Tiene que reducirse el contenido de alimentos fuertes que alcalinizan la orina, como carnes, lácteos o huevos.
  • Tiene que reducirse también el consumo de azúcar al máximo; se puede permitir un poco de miel. Existen cistitis por consumo abusivo de azúcar y en personas diabéticas.
  • Por último hay que eliminar el café y el chocolate que son irritantes.

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