5 claves para un desayuno balanceado

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Debe ser un infaltable en la alimentación e incluir diferentes grupos de alimentos.

Los afanes, el deseo de dormir más en la mañana y evitar la fatiga de levantarse temprano a cocinar o simplemente como una medida para bajar de peso, hace que muchos omitan el desayuno dentro de su rutina diaria de alimentación, lo que además de un desacierto es un completo daño para la salud. Como una elección poco inteligente, califica esto el nutriólogo Sandro Gómez Maquet, quien asegura que no desayunar hace que la persona coma copiosamente cuando decide hacerlo. Otra razón es que al tener un ayuno tan prolongado el cuerpo lo que hace es buscar fuentes energéticas donde no debe hacerlo y alterar el funcionamiento adecuado del organismo. Así las cosas, quien no desayuna afecta sus músculos y aunque parezca paradójico, del desayuno dependen la memoria y la capacidad de aprender y de concentrarse. Entonces, ¿será que se anima a desayunar todos los días?

No elimine los carbohidratos o harinas, como la arepa, el pan, las galletas, entre otros. Su consumo a primera hora de la mañana es más beneficioso para controlar la hipoglucemia y mantener la energía hasta la próxima comida. Se recomienda que estas harinas sean integrales para mejorar el tránsito intestinal y bajar el colesterol, además de que dan sensación de saciedad por más tiempo.

Varíe el desayuno. Cada persona debe ingeniarse, al menos cinco tipos de desayuno para romper la monotonía y fortalecer la variedad de nutrientes que aporta cada uno de ellos. En esa variación no debe omitirse ningún grupo de alimentos, pues la falta de ellos provoca fatiga y pérdida de energía. Al no desayunar es difícil estudiar, concentrarse, jugar y hasta realizar actividad física.

Desayune siempre, en lo posible al poco tiempo de levantarse o máximo al cabo de una o dos horas después. El desayuno es el despertador que provee energía suficiente para activar el metabolismo, controlar la gastritis y la hipoglucemia. Una recomendación adicional, tómese el tiempo para prepararlo bien, para masticar adecuadamente y no correr mientras come.

Consuma siempre un alimento fuente de proteínas, como queso, huevo, carne, leche, yogur, kumis. Es fundamental para mantener y reparar los tejidos. Según Gómez Maquet la proteína en el desayuno a veces es menospreciada pero es fundamental para construir el músculo, para nutrir el organismo y también para lograr esa sensación de estar llenos por más tiempo. Los lácteos prefiéralos descremados o deslactosados.

Prefiera las frutas enteras antes que los jugos, porque según la nutricionista dietista Magnolia Escobar, así no se desaprovechan las vitaminas que se pierden mediante la manipulación y exposición a la luz y el aire. Además, permite consumir más fibra y evitar la ingesta de azúcar en forma de fructosa, «porque para elaborar un jugo se requiere mayor cantidad de fruta que cuando se consume la pulpa».

EN DEFINITIVA

No es mito que el desayuno es la comida más importante del día, pues de ahí se extrae la energía suficiente para que el organismo pueda comenzar su funcionamiento del día.

POR NATALIA OSPINA VÉLEZ | Publicado el 4 de mayo de 2014

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